5 consejos importantes para mejorar tus finanzas

Cuando empezamos a buscar opciones para mejorar nuestra situación económica, la cantidad de información que vamos a encontrar puede ser abrumadora.  El tema de finanzas personales es muy amplio e involucra temas como: ahorro, inversiones, seguros, impuestos, crédito, pensiones, entre otros.  Cada uno de estos temas es lo suficientemente amplio para necesitar años de estudio para dominarles. Por esta razón, en este artículo me voy a enfocar en las 5 mejores prácticas que pueden llegar a tener un impacto importante si logramos formar la disciplina para ejecutarlas.

  1. Defina sus objetivos financieros

Este es el paso inicial, debemos hacer una introspección para conocer el «porque» ocupamos cambiar nuestros hábitos financieros. Cada persona tendrá razones diferentes para buscar el cambio. Una persona puede buscar salir de deudas, otra puede enfocarse en ahorrar para pagar su casa, ahorrar para un eventual retiro o simplemente para unas vacaciones en familia. El ahorro siempre es bueno, pero ahorrar sin un rumbo o sentido claro hace que la gente pierda la disciplina fácilmente. Entre los objetivos más comunes que la gente busca están:

  • Pagar tarjetas de crédito o otras deudas con alto interés
  • Acumular para la prima de una casa propia
  • Tener más dinero disponible para ayudar a algún familiar o caridad
  • Hacer un viaje sin preocupaciones
  • Tener una pensión adicional para el retiro
  • Contar con un fondo de emergencia (optimo 3-6 meses de gastos mensuales.

2. Conozca su patrimonio actual (que tengo y que debo)

Siempre que iniciamos un proyecto debemos conocer cual es nuestro punto de partida para poder con el tiempo revisar los avances que hemos tenido. Es como cuando se empieza una dieta, al empezar debemos saber nuestro peso, porcentaje de grasa, músculo; ya que de otra manera nunca sabremos si las acciones que estamos tomando están haciendo efecto o no. Por esta razón, debemos hacer una lista de todos lo que tenemos (activos) y de todo lo que debemos (pasivos) con el fin de tener claridad de la situación actual.

Entre los activos familiares más comunes se encuentran: autos, electrodomésticos, computadores, efectivo, certificados, acciones, terrenos, casas (libres de deuda), joyas. Incluyamos en esta lista cualquier artículo que tenga un valor de superior a los $200 en el mercado y una posibilidad alta de venta en caso de que fuera necesario. Recuerden que la venta de estos activos puede ayudar a pagar pasivos con altas tasas de interés como tarjetas u otros.

En la otra lista debemos incluir nuestros pasivos o las deudas o compromisos que tenemos con bancos o otras entidades financieras. Estos generalmente incluyen: deuda tarjetas crédito, hipotecas, préstamos para auto, crédito para compras electrodomésticos o inclusive deudas con algún familiar o conocido.

3. Haga un detalle de sus ingresos y sus gastos

Solo el hecho de sentarse y poner en papel el detalle de los ingresos y los gastos que tenemos es un ejercicio que vale oro.  La primera vez que lo hacemos nos vamos a sorprender la cantidad de dinero que gastamos en gastos no esenciales como lo son: entretenimiento, regalos, ropa y accesorio, restaurantes, entre otros.  Es importante antes de sentarnos, poder contar con los estados de cuenta de la tarjeta o si usamos mucho efectivo, contar con las facturas que reflejen claramente lo que gastamos.

Para este ejercicio debemos empezar detallando todos los ingresos que recibimos mensualmente. Estos pueden venir de salario, alquileres, intereses, bonos, dividendos o cualquier otra entrada de efectivo que recibamos. Para las personas con un salario fijo mensual se les hace más sencillo porque es constante y recurrente, en cambio las personas con salarios variable mensuales (ej: personal ventas) deben utilizar el promedio de los últimos 6 meses como número base.

Luego debemos incluir los gastos mensuales que estamos teniendo por categoría, que suelen ser las siguientes:

  • Hogar: servicios públicos, mantenimiento, reparaciones, impuestos, ayuda doméstica, supermercados
  • Educación: escuelas, transporte, libros, uniformes, clases especiales
  • Salud: medicinas, doctores, dentistas, tratamientos, gimnasio
  • Transporte: gasolina, seguros, mantenimiento, reparaciones, llantas
  • Entretenimiento: restaurantes, cines, vacaciones, bares, fiestas en casa
  • Gastos financieros: préstamo casa, créditos personales, leasing auto
  • Otros: aquí se pueden incluir gastos que no son muy recurrentes como ropa, regalos, donaciones.

Luego de que tengamos todo el detalle, debemos tomar el total de los ingresos y restarle el total de los gastos. Lo ideal es que este número sea positivo, que gastemos menos de lo que ganamos; pero si fuera negativo nos preocupemos ya que el siguiente consejo ayudará a arreglarlo.

4. Realice un presupuesto en base a sus objetivos de ahorro

El ejercicio anterior ayuda a contestar dos preguntas: en que se nos va la plata y si al final del mes sobra algo o más bien falta. El número que se genera de la resta de ingresos y gastos generalmente es inferior al que creíamos, por lo cual debemos hacer ajustes inmediatos para conseguir nuestros objetivos.

Estos ajustes son los que vamos a incluir en el presupuesto mensual que funcionará como la guía de nuestro futuro financiero. Para empezar, lo primero que se debe definir es el objetivo de ahorro que deseamos alcanzar. Si la situación es muy ajustada, se podría comenzar con el 5% del salario y conforme se vayan pagando las deudas podría llegar a ser hasta el 20%. De hecho hay una regla utilizada en finanzas personales que se llama la regla del 50/30/20. Lo que se busca con este concepto es que el 50% del salario sea destinado a necesidades básicas, el 30% sea destinado a gastos discrecionales y el 20% a ahorro.

Este es el mundo ideal, pero sabemos que es difícil comenzar con el 20% de ahorro; más si venimos arrastrando malas decisiones financieras del pasado. Podemos iniciar con el 5% e ir subiendo el porcentaje de ahorro conforme vayamos haciendo ajustes en gastos. Si por ejemplo tu salario es de $1.000 mensuales y tu meta es ahorrar el 5% ($50) te quedarían $950 para asignarlo a las otras dos categorías. Ahora debes de sacar el monto mensual de tus necesidades básicas (alquiler, comida, servicios, prestamos, salud). Si estas suman $800, te quedarían $150 ($950-$800=$150) para gastos discrecionales (ropa, restaurantes, entretenimiento, viajes). Recuerden que lo importante es empezar con la meta de ahorro e ir diseñando nuestro nuevo estilo de vida partiendo de este número. De aquí se van a generar preguntas casi que filosóficas, si tengo que recortar $100 de gastos para alcanzar mi meta, que estoy dispuesto a sacrificar? Las comidas afuera, el salón de belleza, viajar en bus y no en Uber, no pagar el gimnasio, etc. Esto no es solo un cambio financiero sino que debe ser también un nuevo estilo de vida.

Si no cuentan con un formato de presupuesto pueden usar este que había diseñado en Excel hace un tiempo: https://www.dropbox.com/s/4fnm967qjqn7jb8/Budget-planner%20Espa%C3%B1ol.xlsx?dl=0

5. Utiliza los ahorros para disminuir las deudas

En el punto #2 hicimos un listado de nuestros pasivos o deudas. Ya que los tenemos identificados, es importante ordenarlos de acuerdo al costo del dinero, que es la tasa de interés. Hay que poner primero las deudas con tasas de interés más altas (generalmente son tarjetas crédito) y así sucesivamente hasta la deuda con la tasa más baja. Esto nos va a ayudar a priorizar nuestros esfuerzos ya que cualquier dinero sobrante a fin de mes debe ser aportado a la deuda con la tasa más alta hasta que la hayamos cancelado, en ese punto pasaremos a la siguiente y así sucesivamente.

Si tenemos un nivel de endeudamiento alto (gastos financieros mayores al 50% de ingresos mensuales) la prioridad #1 debe ser buscar disminuir este rubro para que no sobrepase el 30%. No podemos pensar en cambiar carro, viajar o cambiar los muebles de la casa hasta que hayamos conseguido un nivel sano menor a este 30%.

Les aseguro que este enfoque de diminuir deudas enfocándose primero en las de costo más alto les va a permitir dormir mucho más tranquilo y les dará más espacio para poder contar con un fondo de emergencia en caso de algún cambio drástico en la economía familiar.

Por último, no se olviden que la clave de la felicidad no es tener más sino desear menos. Si vivimos bajo esta filosofía la vida es mucho más fácil de llevar.

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